Socia ejemplar de Acción Católica  

Un nuevo camino se abrió a Virginia cuando, procedente de Chile, llegó a Bolivia la asociación de la Acción Católica. Recomendada por el Papa Pío XI fue aprobada por los Obispos bolivianos en noviembre de 1937. La Sierva de Dios con otras amigas, exalumnas del Colegio de las Esclavas, fueron las primeras en responder al llamado del Papa y formaron la Juventud Femenina de Acción Católica en Cochabamba. Virginia fue nombrada Presidenta en 1941 y trabajó incansablemente en las múltiples actividades siempre en comunión con el Obispo. Según las normas internas, al cumplir 35 años, Virginia pasó a la Asociación de Mujeres de Acción Católica. Fue nombrada Presidenta Diocesana en 1961 hasta el final de su vida. Virginia fue reafirmada en su vocación en la Acción Católica en 1950 cuando con ocasión del Año Santo peregrinó a Roma y tuvo una audiencia con el Papa Pío XII, quien le encomendó ser “apóstol de la Acción Católica”. Esta misión la cumplió Virginia fielmente, pudiendo ser considerada como un modelo de militante de Acción Católica. Esta militancia marcará la vida de Virginia identificándose con esa obra en plena fidelidad con la enseñanza del Papa y de los Obispos, con los que colaborará en todas sus iniciativas, organizando congresos eucarísticos y marianos, cursos y campañas de evangelización, publicaciones, obras de caridad, etc. Con gran tenacia consiguió que la Asociación de Mujeres de Acción Católica se mantuviese en pie a pesar de la crisis postconciliar que afectó fuertemente a las otras ramas, juvenil, masculina y obrera de la Acción Católica en Bolivia.